En 2018, la base mínima de cotización de los trabajadores asalariados está fijada en 1.199 euros y la máxima en 3.751,20 euros al mes (poco más de 45.000 euros anuales). De esta forma, toda la parte del salario que ahora mismo supere dichos 45.000 euros no cotiza a la Seguridad Social.
Lo que propone el Gobierno es eliminar dicho tope máximo y que empresarios y empleados coticen por la totalidad del salario que perciben. En términos monetarios, supondría elevar la recaudación de la Seguridad Social en 4.400 millones de euros anuales. O lo que es lo mismo, elevar un 25%, en términos agregados, el coste laboral que se paga por aproximadamente el 15% de los trabajadores que ganan más de 45.000 euros al año.